En febrero, la inflación en México mostró una desaceleración más pronunciada de lo esperado, ubicándose en un 4.40% a tasa interanual, según datos del Instituto Nacional de Estadística y

Geografía (Inegi). Esta cifra representa una caída desde el 4.88% registrado en enero, retomando la tendencia descendente que se había visto interrumpida a finales del año anterior.

El Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) exhibió esta reducción inesperada, fortaleciendo las especulaciones sobre un posible recorte en la tasa de interés clave por parte del Banco

de México (Banxico) más adelante en el mes. Los analistas habían anticipado una tasa del 4.42%, según un sondeo de Reuters, lo que subraya la sorpresa de la cifra reportada.

La inflación subyacente, que elimina productos de alta volatilidad y se considera un indicador más preciso de la tendencia de los precios, también descendió a un 4.64%, su nivel más bajo desde

junio de 2021. Este dato refuerza la percepción de una mejora en el panorama inflacionario, lo que podría influir en las decisiones de política monetaria del Banxico.

Aunque en su última reunión, Banxico mantuvo la tasa referencial en el 11.25%, insinuó la posibilidad de un recorte en futuras reuniones, dependiendo de la evolución de los indicadores

económicos. Los precios aumentaron solo un 0.09% respecto al mes previo, mientras que el índice subyacente mostró un incremento del 0.49%, indicando una estabilidad en el crecimiento de

los precios en el corto plazo.