Funcionarios de Hamás exhortaron a los habitantes de la Franja de Gaza a que permanezcan en sus casas, desafiando al ejército israelí, que horas antes había difundido un llamamiento para que más de un millón de civiles abandonaran sus viviendas debido a una posible ofensiva terrestre.

En respuesta al ataque de Hamás, Israel ha lanzado los ataques aéreos más intensos de su historia, movilizado a 300,000 reservistas y desplegado tanques cerca de la frontera.

Las amenazas de una invasión terrestre han evocado recuerdos de la Nakba, el éxodo palestino que resultó de la conquista de Israel de un 26% más del territorio del antiguo mandato británico de palestina que terminó con más de 13 mil muertos de ambos bandos y entre 700 y 750 mil árabes palestinos refugiados.

El analista de Gaza, Talal Okal, calificó la orden de reubicación israelí como un intento de empujar al pueblo palestino hacia una nueva Nakba. Por otro lado, Eyad Al-Bozom, portavoz del Ministerio del interior de Hamás, declaró: "El desplazamiento de 1948 no se producirá. Moriremos y no nos iremos."

El presidente palestino, Mahmud Abbas, rechazó el desplazamiento forzoso y pidió la apertura de corredores humanitarios en el enclave para evitar un desastre humanitario.

"Aférrense a sus casas. Aférrense a su tierra." - Mensaje de las mezquitas en Gaza.

En una nota relacionada, Hezbolá, el grupo libanes que cuenta con un brazo político y otro paramilitar, reafirmó su disposición a participar del conflicto. El segundo al mando, Naim Qassem, afirmó que:

“Las llamadas entre bastidores que nos hacen las grandes potencias, los países árabes, los enviados de las Naciones Unidas, diciéndonos directa e indirectamente que no interfiramos, no tendrán ningún efecto. Hezbolá conoce perfectamente sus obligaciones. Estamos preparados y listos, totalmente preparados."

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