El investigador Jaime Hernández Bárcena de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) reveló que en Hidalgo, cada familia genera aproximadamente 3.5 toneladas de dióxido de

carbono al año, cifra que se ha duplicado en las últimas dos décadas. Este incremento se atribuye al uso creciente de dispositivos tecnológicos y al aumento del tráfico vehicular en la región.

Según Hernández Bárcena, el uso cotidiano de dispositivos como teléfonos celulares, computadoras portátiles, tabletas y televisores contribuye significativamente al consumo excesivo de

energía eléctrica. Además, el ciclo de vida cada vez más corto de estos dispositivos, con una obsolescencia promedio de dos años, genera una cantidad considerable de desechos electrónicos,

aumentando así la huella de carbono de cada hogar.

El presidente de la Sociedad Ecologista Hidalguense (SEHI), Marco Antonio Moreno Gaitán, enfatizó la necesidad de concienciar a la población sobre la importancia de reducir el consumo de

dispositivos tecnológicos y de gestionar adecuadamente los desechos electrónicos. Propuso que las autoridades estatales, federales y municipales promuevan programas de reciclaje y

campañas de sensibilización para fomentar la reutilización y el adecuado desecho de estos dispositivos.

En respuesta a esta problemática, en Pachuca y su zona metropolitana, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales estatal (Semarnath) ha establecido un punto de recolección en el

Parque Ecológico de Cubitos. Aquí, los ciudadanos pueden depositar televisores, computadoras, teléfonos celulares, tabletas, consolas de videojuegos y pilas agotadas para su posterior

tratamiento y reutilización, contribuyendo así a la reducción de la huella de carbono y a la preservación del medio ambiente.